Entra por mi ventana.
Cuando la luz del sol inunda la habitación.
Cuando uno de sus rayos me despierta.
Cuando la luz del sol es lo primero que veo al despertarme.
Quiero poder concentrarme solamente en el sol, en la luz y el calor.
Evitar que todo lo que tengo en mi cabeza venga como un torrente nada más despertarme y me haga poner los pies en el suelo.
El sol consigue sacarme de la realidad, y eso me gusta.
Borra todo lo malo. Por un momento consigue que me olvide de todas esas cosas que me rondan la cabeza, que hacen que me explote y que me preocupan. Por un momento, mientras cierro los ojos y miro al sol, consigue que me preocupe sólo de sentir el calor en las mejillas.
Cuando consigo tener la mente en blanco, tumbada al sol, pienso.
Me pongo a pensar. Pienso en todo lo que me rodea, pero en nada en concreto.
Pienso que, a lo mejor, todo pasa por algo, algo que será bueno. Todo, incluso lo malo, pasa por algo que luego será maravilloso.
El sol hace que lo vea todo diferente.
El sol lo mejora todo…
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