Necesitamos dejar de ser ese Atlas que sujeta el mundo, aunque sólo sea por un momento.
Cuando en nuestro mundo se juntan demasiadas cosas.
Cuando nuestro pequeño universo se ve abarrotado.
Cuando nuestro pequeño universo se ve abarrotado.
Cuando tenemos en la cabeza cientos y miles de cosas, y se nos escapan de las manos, y se descontrolan.
Cuando nos damos cuenta que estamos en un punto al que no sabemos cómo hemos llegado, no sabemos si queremos estar en él, ni cómo vamos a seguir a partir de ahora.
Es bueno… Se nos ha pasado el tiempo volando, hemos estado disfrutando momento a momento y no nos hemos parado a pensar en el tiempo.
O es malo… Todo empezó, y sin tener claro si lo queríamos, o sin querer pensar en cómo iba a avanzar todo, lo hemos dejado correr; hemos ido dejando que pasase poco a poco, sin preocuparnos de ello, teniéndolo simplemente. Estaba ahí, y era mejor no alterarlo, por si acaso.
Sea como fuere que comenzó todo, ahora es una realidad, la nuestra; de la que igual necesitamos evadirnos.
Puede que nos guste, puede que no, pero en cualquier caso a nadie le viene mal tener su propio mundo aparte.
Un mundo de cuento de hadas en el que
perderse e inventar cosas que nunca pasarán
en el mundo real, cosas maravillosas, de ensueño
, cosas irreales.
Un trocito en el que escondernos, para huir del
ruido, de las obligaciones, de las preocupaciones,
de la gente, de las presiones, de los compromisos,
de las relaciones, incluso de los sentimientos.
ruido, de las obligaciones, de las preocupaciones,
de la gente, de las presiones, de los compromisos,
de las relaciones, incluso de los sentimientos.
Un lugar en el que sólo estemos nosotros, con
nuestra mente en blanco.
nuestra mente en blanco.
En ese lugar siempre seremos nosotros.
Nosotros. Somos lo que queremos, lo que sentimos,
lo que hemos vivido, y lo que queremos vivir.
Somos recuerdos, de sensaciones, de palabras,
olores, situaciones, pensamientos.
Y eso es lo único que nos acompaña.
Pero se puede ver envenenado por la realidad. Por eso hay que escaparse de vez en cuando de ella, y volver a respirar y a darnos cuenta de todo lo que somos y no dejarnos contagiar ni confundir o difuminar en la realidad.
Cuando el mundo pese demasiado, cuando sea demasiada carga... :D
Sonríe siempre.
Y adelante.
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